La interné
Hace unas horas, el Sr. T me ha invitado a incorporarme a Linkedin, un página de profesionales en lo que parece un punto de reunión, una forma de contacto y posibles búsquedas de trabajo. Y me digo, ¿Por qué me apunto a todo lo que sale si luego al poco dejo de hacerle caso?
Tengo mi cuenta de correo B saturada de mensajes que muchas veces elimino sin ni siquiera leer, y sitios en que usuario y contraseña de acceso desapareció hace tiempo de mi memoria.
Media docena de páginas de empleos, como infojobs, y similares, que excepto con la primera, nunca he conseguido una mísera entrevista. Contactos personales como Meetic, cansado de intentar ligar en bares, acompañado de una cerveza, oidos acuchillados por la ensordecera música, y el típico “Estudias o Trabajas” con ojos vidriosos por el alcohol, intentas esta opción durante un par de días con el mismo éxito, ninguno. Alojamientos web personales de la que no recuerdas ni la URL. Foros Técnicos, donde conseguir ayuda para desarrollar el trabajo, donde nunca he buscado una línea de código. Blog, que de momento sigue funcionando. Servicios web de alojamiento de fotos y archivos como flickr.
En total, entre una cosa y otra, puedo recibir semanalmente boletines informativos de más de 30 sitios diferentes, de los cuales, aparte de un par, el resto no hago caso, ni cancelo, por aquello de que “quizá” un día lo necesite, similar a guardar los papeles y documentos en casa por el “porsiaca”
Eso sí, lo que donde aun no me he apuntado es el twitter, aunque caerá un día de estos.
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