martes, diciembre 23, 2008

Fin de semana musical

Curioso fin de semana, uno no es un habitual de las salas de concierto, de ver música en vivo y de toda esa parafernalia, como ya he comentado alguna vez soy un musicofilo de radio-cd, solo escucho la música que pongo mientras conduzco o la que "escupe" alguna que otra radio formula.

Pero este viernes, hice un cambio, de primeras me acerque con prisas que llegaba tarde al concierto que en Le Bukowski ofrecía Giorgio Bassmatti, y aunque estaba confirmado vía sms que empezaba a una hora, el tema se retraso un poquito.

A las 10:00 Giorgio subío al escenario, no voy a entrar en el peloteo ni el buenrollismo pero las canciones que decidió para esa noche me gustaron (quizá con los años me estoy ablandando) alguna que aun no conocía, otros clásicos ya en su música, y todo acompañado de la falsa-improvisación propia de Bassmatti, El único pero que se le puede poner es que el exceso de ruido del ambiente hacia que no se escuchase bien alguna de las piezas, de esto habla el artista en su blog.

Como plato principal de la velada, estaban
los Marzipan Man, un grupo que llegado desde Mallorca, empezaron con algo parecido a una experimentación musical, pero luego, quizá influenciados por el ruido del local se transformaron en una especie de locura musical del que muy bien no sabías como posicionarte (Saben tocar o me están tomando el pelo) y así salí, y cruce de regreso la frontera con la misma duda que aun mantengo.

El sábado, el Sr. Tremolino llegó como el turrón a pasar la navidad, y que mejor plan que ir a recordar tiempos de infancia y escuchar música en la clase de la ikastola donde estudiaba hace unos pocos años. Eso era antes Psilocibenea antes de convertirse en el centro que es hoy.

Como entrante, los Amodio (parte de los Lisabos) con un sonido contundente y vibrante, llenos de fuerza.

De primer plato, estaban otro grupo de Hondarribi, los Pinbol, aquí ya tuvimos que salir al bar a por un refresco, después de una docena de canciones, solo un par de ellas ofrecían algo, el resto parecía más de lo mismo, todas iguales cortadas por el mismo patrón.

Y como plato principal, Anari, la Azkoitiarra toco un fantástico concierto, muy entregada, y conociendo muy bien su papel, con pocas estridencias, pero con mucho estilo se fue metiendo poco a poco al público en el bolsillo (aunque parte del público ya estaba muy entregado) y bordo la cerca de hora que nos ofreció.

En total, este segundo día fueron casi 4 horas de música, que como digo, para una persona como yo, habituada a escuchar la música sentado se hizo durísimo, aparte de un pequeño fallo en el diseño del local, no sé si es muy sano que la sala se convierta en un pequeño Londres con una "niebla" que se puede cortar con un cuchillo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola! gracias por sus palabras, pero...que es falsa improvisación?

fue un placer verle allí.

Peyino dijo...

No me creo que todos los chistes y bromas que hace entre canción y canción se deba a la situación, más bien creo que es un experto monologuista que viene con todo el guión preparadito de casa.

aun así, estuvo muy bien (aunque si me lo preguntan mañana lo negaré todo :-)

Anónimo dijo...

pues le diré que si hubo ocho canciones, 7 fueron improvisadas....